Para leer un poco


La historia ha visto la luz en la edición digital de la revista neoyorquina VULTURE. Allí Fishman cuenta cómo Rosevisitó el enorme apartamento (de más de 1.600 metros cuadrados) en la búsqueda de un lugar que por el que no entrase la luz del sol “en plan deslumbrante”. La mujer del escritor asegura que el cantante estuvo jugando con el perro del matrimonio, y que quedó encantado con el lugar.

No obstante, la lógica preocupación principal de Fishman tenía que ver con la fama que el cantante tenía como destrozador de locales, pero tal inquietud desapareció cuando Axl Rose accedió a pagar la elevadísima renta propuesta, y además dejó por adelantado un depósito equivalente al pago de medio año.

La sorpresa llegó en el día de la mudanza al apartamento, cuando Axl no se presentó. Y nunca más se volvió a saber de él. Cuando pasó el año completo del contrato de arrendamiento, el cantante aún no había aparecido por el inmueble aunque, eso sí, había pagado religiosamente cada mensualidad.

Fuentes cercanas al líder de GUNS & ROSES señalan que éste continuaba con la intención de trasladarse al apartamento, pero que aunque en ese año había pasado tiempo en New York, lo hizo en un lujoso hotel y no en el apartamento.

Pero la sorpresa no termina ahí. Axl renovó el contrato de arrendamiento por un segundo año, lo siguió pagando, y continuó sin instalarse allí. Su manager finalmente anunció la intención de rescindir dicho contrato al final de aquel segundo ejercicio.

El propietario del inmueble (el citado escritor, Steve Fishman) señalaba: “La gente tiene opiniones encontradas sobre Axl Rose, pero yo, como casero, lo adoro. Si algún día necesita que alguien lo recomiende como inquilino cuando vaya a irse de alquiler, yo estaré feliz de escribir: Silencioso, poco exigente y paga religiosamente su alquiler”.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

PERDIDAS DE DESCARGAS

DESGARGAS DEL 2011 ESTAN CADUCADAS.. PROXIMAMENTE DISPONIBLES

- - -

- - -
Pretty Tied Up

The Perils of Rock N' Roll Decadence

The Perils of Rock N' Roll Decadence